
El tiempo de angustia, angustia como no ha habido desde que hubo nación [Dan. 12: 1] es Inminente, y nos encontramos como las vírgenes dormidas. Debemos despertar y pedirle al Señor Jesús que nos sostenga con su brazos eternos y nos lleve a través del tiempo de prueba que está ante nosotros.
Ellen White - EUD